"Cuando era joven las
Navidades eran muy distintas a como son ahora. Para empezar estábamos ensayando
los villancicos desde primero de diciembre. También en las casas se notaba una
actividad mayor que en tiempos normales. Se preparaban todos los dulces en
casa, en el horno casero donde se cocía todo. El pan, las tortas, los dulces
(galletas, magdalenas, polvorones, suspiros, mantecados…) todo lo que ahora se
compra en la tienda). Todo se hacía casero, cocido o frito como las flores, los
pestiños, roscos fritos, toda clase de galguerías; lo hacíamos nosotros.
Cuando ya estaba cerca la Noche Buena se vestía un belén en
la iglesia, que la tenemos desde el 1931. Algunos años se hacía una
representación de un belén viviente, que eso también llevaba su trabajo pues
había que ensayar los textos hacer los disfraces y se representaba en la
iglesia: la Virgen, San José, el Niño Jesús que algún año también fue un niño
de verdad, aunque no todos, pues por precaución se utilizaba el niño que
tenemos para adorar. Después los pastores, la lavandera, el quesero, el
gitanillo… todos los personajes normales que decían su párrafo al niño.
Resultaba muy bonito y participaba mucha gente. La iglesia se llenaba pues
todos querían ver la actuación de los niños.
En el coro de los villancicos entraban todos los jóvenes y
los que sabían tocar instrumentos como
laúd, guitarra, zambomba, panderetas, castañuelas, botella de anís, triángulo…
todo valía. Se ensayaba por la noche a primera hora hasta que se conseguía
armonizar todo.
Al final de la misa se adoraba al Niño, mientras se cantaban
toda clase de villancicos, y al final, todo el mundo a su casa con su familia.
Los niños, por la calle iban de casa en casa pidiendo el
aguinaldo, y luego se reunían en casa de alguno y se comían o repartían lo que
habían recogido."
Mª Esperanza Quijano (El Ojuelo)
"Éramos seis hermanos todos
parejas, mis padres eran muy católicos y alegres y cuando llegaba la Navidad lo
pasábamos muy bien, mi madre hacía dulces típicos de estas fiestas.
También nos hacía zambombas con
la piel de las mantecas de cerdo, también el almirez, una botella de anís y una
punta grande, formábamos una buena
orquesta y por la noche cuando cenábamos cantábamos villancicos toda la
familia. Después íbamos a la iglesia a la misa del gallo, que era a las doce, y
después seguíamos con la fiesta, también
venían los vecinos y nos daban las tres o las cuatro de la madrugada y todos
juntábamos los dulces y embutidos de las matanzas y los asábamos en la lumbre
de la chimenea. Éramos una familia grande.
De bebida hacía mi madre cuerda
con vino, agua, azúcar, melocotón y ciruelas pasas, estaba muy buena y también
otra bebida que se hacía con anís y agua, también hacíamos palomitas con azúcar
y sal. Todos estábamos muy contentos… mayores y pequeños."
Ángeles
Peralta (El Ojuelo)
"Las Navidades y todas las
anteriores, para mí, son muy alegres porque junto a toda la familia en casa:
hijos, nietos y más familia. Cantamos villancicos, ponemos música y saltamos y
bailamos, en fin, hacemos una juerga espantosa. Dios quiera que esto dure mucho
años más porque ya los años se me van resistiendo y no soy la Josefa de antes
cuando era joven, aquella que iba de casa en casa pidiendo el aguinaldo y
recibiendo tortas, higos, nueces, bellotas, mantecados, etc.
Nos juntábamos en casa de las
amigas tocando panderetas, palillos, guitarras, en fin, cada uno lo que tenía y
nos pegábamos unas buenas panzas de bailar y cantar que nos duraba hasta las
dos y tres de la mañana.
Bueno, espero que dure mucho
para hacer lo que pueda."
Josefa
Rodríguez (Hornos)
Hace años que las Navidades las
pasábamos muy bien. Éramos muchas amigas. Había costumbre de pedir los
aguinaldos e íbamos de casa en casa cantando villancicos. Tocábamos las
castañuelas, la guitarra y panderetas. Cuando terminábamos el recorrido de ir
por las casas nos juntábamos en una casa y nos comíamos lo que nos daban que
eran embutidos, tortas, dulces, etc. También jugábamos a los corros y a la
gallinita ciega. El día que pedíamos los aguinaldos era el 24. El día 25
también nos lo pasábamos muy bien. Por la noche teníamos el baile hasta las dos
de la madrugada y nos divertíamos mucho.
Amalia
Lara (Hornos)
Siendo pequeña recuerdo como se
pasaban las Navidades. Todas las amigas y amigos, juntos, íbamos por todas las
casas tocando la pandereta y cantando villancicos a los dueños de las casas…
“Quién es esa señora que está sentada en su trono, es la señora Pilar que pare un grano de oro”.
Después nos daban bellotas, polvorones, etc. que nos repartíamos para comer.
También había música y anda que no se enfadaban los amigos porque no se
bailaban con ellos.
Francisca
López Novoa (Hornos)
Las Navidades eran enormes, nos
divertíamos mucho y se pasaba muy bien. Íbamos
con la zambomba a pedir el aguinaldo de casa en casa. Luego nos íbamos a
comerlo y a pasarlo bien cantando y bailando.
Manuela
Muñoz (Hornos)
Recuerdo las Navidades de antes, cuando nos juntábamos toda la juventud y se pedía el aguinaldo. Después se encendía una luminaria y pasábamos allí toda la noche cantando villancicos, cantando y bailando, tocando los platillos, zambombas y panderetas ...
Magdalena Hungría (El Robledo)
Cuando yo era joven vivía en un cortijo que se llamaba Zamarrilla, cerca de Trujala. Allí hacíamos muchos dulces en el horno que teníamos. Amasábamos tortas de manteca y hacíamos magdalenas, que estaban muy buenas y cantábamos villancicos y lo pasábamos muy bien.
Juliana Gallego (El Robledo)