Este escrito ha sido realizado por María Quijano, contándonos las costumbres y la forma de vivir en nuestros pueblos antaño ...
<< Antiguamente el modo de divertirse era muy distinto a como lo hacen ahora. No había discotecas, ni botellones ni muchas de las cosas que ahora tienen.
Entonces para divertirse, se reunían los jóvenes en una casa. Se buscaba una que tuviera la cocina grande (pues no todas la tenían). Los muchachos avisaban a los que sabían tocar la guitarra y el laúd y esa era la música. Acudían mozos y mozas y se bailaba, el pasodoble, el vals, la mazurca, ... y empezaba a conocerse también el foxtrot. De rato en rato también se bailaba la jota, en la que también tomaban parte los mayores más alegres.
También a veces, los muchachos hacían juegos. Entraban con una escoba en el baile diciendo "Rus caballero, al que no se quite le pego fuego" y hacían que todas las personas se pusieran haciendo un corro, en el centro del cual ellos contaban su juego, que casi siempre consistía en una historia, que terminaba con un chiste, a veces "picante" y casi siempre graciosos, que hacían reír, que era lo que ellos pretendían.
Otra diversión eran los desfarfollos, que consistían en pelar las panochas del maíz o "panizo" , que era como se le llamaba aquí. Entonces se sembraba mucho y se ponía amontonado en el portal grande de la casa. Se "convidaba" a todos los vecinos para realizar la faena. Mientras se pelaban las panochas algunas salían coloradas, y el que la encontraba tenía derecho a un abrazo de todos los asistentes. Y entonces los muchachos gozaban abrazando a las muchachas, que se ponían más coloradas que la panocha que llevaban en la mano, enseñándola y pidiendo el abrazo al que tenían derecho. A veces, si la panocha la encontraba una persona mayor, hacían trampa y se la cedían a un joven. Había otras panochas que tenían granos morados y entonces lo que ganaban era el derecho a un pellizco... ¡Y como se aprovechaban los jóvenes pellizcando a las muchachas en las nalgas!
También había gente inteligente y con buena memoria que contaba cuentos o historias antiguas durante el "esfarfoyo" para entretener a todos los asistentes.
En Mayo había una fiesta que era muy popular. Eran las cruces. Se vestía en una aldea o en un cortijo y las demás aldeas acudían al sitio donde estaban vestidas. Por la tarde se rezaba el rosario y después había baile, al que venían de todos los alrededores. En esos eventos era donde los mozos buscaban novia y se declaraban a la que elegían.
Otro motivo de reunión en las luminarias. La primera de ellas era la de la Purísima, el 8 de diciembre. Después venía la de la Nochebuena, la de Reyes, la de San Antón, la Candelaria y San Blás, con la que se cerraba el ciclo. Todo esto tenía su "ritual":
Se empezaba el día anterior a la celebración. Se reunían una pandilla de niños con sus cuerdas de esparto preparadas y se iban al monte. Allí cogían romeros, se hacían "haces" y cargados a la espalda se traían y se ponían donde iba a hacerse la luminaria. Durante ella se jugaba a muchas cosas. Al "pilla-pilla", al "esconder", "corros", se contaban chascarrillos, a esconder "prendas", de todo. Eran alegres y se pasaba bien.
También estaban las matanzas, en las que se solía reunir la familia. Los "matadores", los que ayudaban y las "matanceras", mujeres expertas que ya sabían como hacer las faenas para que todo saliera limpio y bueno, aunque cuando se llegaba a los embutidos, era la dueña de la casa la que daba su opinión y se hacía como ella decía, a su gusto y a la del dueño de la casa. Se tomaban dulces, tortas, nueces, en el desayuno y entre las comidas, y mistela o anís y vino en las comidas, que se hacían en corro en torno a a la sartén, que se ponía en medio, encima de unas trébedes. El vino se ponía en una botella de cristal con chorro, e iba dando la vuelta de mano en mano.
Al final de la recogida de la aceituna se celebraba el "remate". Era una fiesta con todas las personas que habían colaborado en la recogida. Se hacía carne al ajillo o asada. Embutidos y toda clase de aperitivos, también varias bebidas, cerveza, vino, refrescos... todo para los que habían trabajado. También se servían palomitas dulces y saladas, y alguna fruta. Se celebraba casi todo el día. Si alguien sabía cantar, lo hacía, o tocar la guitarra, o bailar la jota o flamenco... cada uno lo que sabía.
Esta otra no es una fiesta, pero sí una costumbre muy peculiar. Durante la siega, los segadores comían en la casa del dueño de la mies. Almuerzo, comida y cena. Durante la tarde entre comida y cena se hacía un gazpacho, que consistía en cebolla picada, aceite crudo, vinagre y sal, y unas sopas de pan, con agua fresca para que les mitigase el calor de la tarde. Ellos lo agradecían mucho al llevárselo al "tajo", donde estaban realizando su trabajo.
Me queda hablar de las ferias y fiestas de los pueblos.
Las fiestas siempre fueron importantes y han reunido y reunen a mucha gente, sobre todo a la festividad religiosa, ya que se hacen en honor a la Virgen, en cualquier advocación o de algún santo, o las dos cosas, como sucede en algunos pueblos. También se iba mucho a las corridas de toros, que se celebraban durante estas fiestas.
Las fiestas se siguen celebrando, pero creo que la gente ahora a lo que más asiste es a las verbenas, que casi se convierten en un "botellón", con todo lo que esto significa para ellos.
Las ferias casi han desaparecido.Eran muy famosas las de Beas de Segura, la de La Puerta de Segura y Siles. La gente llevaba los animales que criaba y cuidaba durante todo el año, para venderlos o cambiarlos. Se llevaban la comida preparada y solían comer allí donde tenían los animales, hasta que los vendían o compraban otros que necesitasen, entonces se volvían a sus casas. Solían venir circos y otras atracciones con las que la gente se divertía. Pero estas ferias de ganado ya casi han desaparecido en estos pueblos.
Estas son las cosas que recuerdo de a lo largo de mi vida, que ya es bastante larga, y que encuentro tan distintas a las costumbres de ahora. >>